CEAPA denuncia que se ha elaborado sin contar con la aportación de las organizaciones que representan a las familias y, como consecuencia, no recoge la realidad, reduciendo la participación de las familias a potenciar el rendimiento académico de los hijos e hijas y a la mejora del clima escolar en el centro, eludiendo la responsabilidad del actual modelo educativo cuando no se consiguen.
El día 18 de noviembre en el salón de plenos del Consejo Escolar del Estado (CEE) tuvo lugar la presentación del estudio “La Participación de las Familias en la educación escolar” en el que un grupo de expertos hizo su valoración de la importancia de la participación de las familias en la vida de los centros y en la educación de sus hijos e hijas. En realidad el estudio no abordó la participación de las familias en la educación, sino su implicación como padres y madres en la marcha académica de sus hijos e hijas, algo que, pudiendo denominarse participar, no es lo que la Comunidad Educativa entiende por ello, cuando se refiere a un concepto mucho más amplio y cuyo desarrollo nace directamente del artículo 27 de la Constitución Española y que consiste en tomar parte activa en el control y gestión de los centros educativos, tanto de forma individual como colectiva a través, en el caso de las familias, de las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos.
Este estudio, a pesar de haber sido encargado por parte del máximo órgano de participación a nivel estatal, el Consejo Escolar del Estado, la Junta de Participación Autonómica lo elaboró sin contar con la visión ni la aportación de la experiencia diaria que pueden trasladar las organizaciones que representan a las familias y al alumnado.
Consecuencia lógica de esta falta de participación es que el estudio no recoge la realidad que se vive en las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, en las propias familias, y en los centros en lo referente a la exposición de situaciones contrastadas. El estudio incorpora recomendaciones poco reales en lo relativo a la baja participación de las familias en la vida del centro e incluso en las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, haciendo una valoración muy arriesgada si tenemos en cuenta que se ha hecho desde la visión de “expertos”, sin contar con los verdaderos expertos: las asociaciones, y las Federaciones y Confederaciones que las aglutinan, que constituyen en su conjunto a todo el movimiento asociativo adulto más importante y numeroso que existe actualmente en nuestro país.
El documento recogía una serie de recomendaciones hacia las familias sobre la organización familiar, el refuerzo educativo en casa y la colaboración (que no participación) con el profesorado, y el centro, reflejando la falta de rigor y visión real y práctica del informe. Dicho informe utilizó conscientemente cuestiones obvias para buscar su legitimación y, con ello, intentar que se aceptara una visión del papel de las familias reducida a potenciar el rendimiento académico y a la mejora del clima escolar en el centro, orientando además las conclusiones de manera que se inducía a pensar que si no se conseguían la responsabilidad debía recaer en las familias en lugar de poner en foco en donde debía estar, en un sistema que aumenta su fracaso por imponer cuestiones ideológicas y que devuelve el modelo educativo de nuestro país a mediados del siglo pasado.
CEAPA manifestó su total desacuerdo con tal documento. CEAPA consideró que el CEE desaprovechó la ocasión de elaborar un estudio veraz, real y reflejo del día a día de los centros, de las familias y de la relación de toda la Comunidad Educativa en los centros, ya que no se realizó contando con todas las organizaciones que participan en el CEE y que comprenden todos los actores que participan en la mejora del sistema educativo de este país: Administración, Profesorado, Familias y Alumnado. Además, que este estudio merece, además del rechazo, ser duramente cuestionado y que se conozca que está totalmente deslegitimado. Es un informe ideológico de parte y no merece ser considerado en modo alguno como un documento válido.