No es casualidad que el acoso escolar haya sido la temática de la primera jornada que FAPA Cantabria hace dirigida a padres y madres. A todo el colectivo de padres y madres le parece un tema de suma importancia para el rendimiento académico, el bienestar personal y el desarrollo emocional de los hijos e hijas.
Se trata además de una problemática fundamental para trabajar con las AMPAS, ya que es sabido que el acoso escolar va mucho más allá del ámbito del aula, en él están todos implicados, y al fin y al cabo, todos son responsables.
A transmitir emociones sin agresividad, a ser asertivos, a respetar a todos al margen de su condición social, económica, sexual, etc. no se aprende solo en el aula, es más, es un aprendizaje que empieza en casa.
Esto no exime ni mucho menos la responsabilidad de los centros escolares, ni de los docentes en su trabajo en el día a día en el aula.
El objetivo de esta jornada fue sobretodo crear el debate, la reflexión y pensar en estrategias y soluciones.
FAPA Cantabria piensa que la prevención, la formación y concienciar sobre una comunicación positiva son herramientas importantes y fundamentales para fomentar una educación para la paz, una educación de respeto y enriquecedora, donde tengan cabida todas las individualidades, donde enseñemos a nuestros hijos e hijas a convivir en el respeto a la pluralidad.
La jornada contó con tres ponencias a través de las cuales se intentó abordar este fenómeno de manera integral.
En primer lugar, participó una miembro de la Asociación de CAVAS Cantabria. CAVAS lleva una larga trayectoria de diez años trabajando la Prevención del Acoso Escolar en los Centros de Secundaria de Cantabria, con alumnado, familias y docentes. Ilustraron sobre qué es el acoso escolar, cuáles son sus indicadores y porqué es importante la prevención y la formación. CAVAS además también abordó el agravante de las nuevas tecnologías utilizadas para el acoso el ciberbullying, fenómeno que afecta sobre todo al alumnado de secundaria.
CAVAS hizo un planteamiento muy interesante sobre el abordaje de esta problemática desde los centros, basado en lo que últimamente se denomina método Finlandés, dónde se trabaja la problemática desde un punto de vista sistémico donde todos los agentes están implicados y tienen un papel y una responsabilidad, sobretodo el docente y los espectadores.
A los participantes también se les ilustró a través del responsable de la Mesa de Convivencia de la Consejería de Educación de Cantabria sobre el papel de los planes de convivencia de los centros y los protocolos de actuación en caso de acoso escolar.
Por fin, se contó con la participación de dos experimentados docentes que pudieron transmitir sus buenas prácticas sobre cómo abordaban ellos el acoso escolar como directores de centros educativos, uno de primaria y otra de secundaria.
El debate entre docentes y padres y madres expuso la complejidad de esta problemática, porque no es lo mismo que el acoso se dé en un colegio o en un instituto, ni que los padres y m madres sean colaboradores o no, ni es lo mismo ser el padre o madre de la víctima que ser el padre o madre del acosador o acosadora. Tampoco es lo mismo limitarse a juzgar, que tener que educar, ni que enfoquemos esta problemática con dos únicos protagonistas (agresor y víctima), haciendo de éstos dos chivos expiatorios, que enfocarlo como un sistema donde todos tenemos implicación.
Es decir, decir que se trata de un fenómeno complejo, que desde los centros les toca la tarea de saber enfocar, analizar y abordar.
FAPA Cantabria considera fundamental que el docente sea eficaz y se ponga en la piel del padre o madre, y sobre todo de la víctima, pero también es importante que padres y madres se pongan en la piel del docente, porque cuando lo hagan, seguro podrán aportar y contribuir de manera mucho más eficaz. ¿O no es la empatía una de las actitudes más importantes del respeto y la colaboración?
Como conclusión decir que la jornada fue valorada de manera muy positiva por parte de padres y madres, se valoró sobre todo la importancia de la formación en el alumnado para aprender a convivir, en las familias para poder ayudar a nuestros hijos e hijas a respetar y a pedir ayuda en caso de necesitarla y una formación fundamental en el profesorado, ya que se valoraba que muchos de los problemas no son abordados o se abordan de manera inadecuada por la falta de herramientas en los docentes para afrontar esta problemática.