Nuria Buscató Cancho
Responsable Formación CEAPA
Desde que somos conscientes que vamos a ser padres nos surgen dudas de todas clases, la tarea que se nos presenta no es fácil y es, sobre todo, desconocida. Desde ese primer momento queremos hacerlo todo bien y empezamos a leer libros y artículos sobre cómo educar y cómo comunicarnos con nuestro hijo o hija. Pero no nos damos cuenta de que esa tarea es de todos, tanto nuestra, como de nuestra familia, de nuestro barrio, o de la sociedad, y cuando llegue el momento, también lo será de la escuela. Para esa tarea que hemos decidido afrontar hemos de estar preparados y el mejor modo de acometerlo es estar formados constantemente en la búsqueda de habilidades y herramientas que nos ayuden a afrontar con empatía todas las situaciones que nos podemos encontrar a lo largo de nuestra experiencia como padres y madres.
Las familias necesitamos formarnos para afrontar las dudas y necesidades que como padres y madres nos surgen en la relación con nuestros hijos e hijas, con su proceso educativo en los centros y con nuestro entorno, con el fin de conseguir una comunicación óptima y empática, una comunicación encaminada a conseguir una resolución pacífica de los conflictos que de forma inevitable se suceden en todos los espacios en los que convivimos.
En la familia se encuentra cariño, protección e intimidad, pero para que ésta provea a un individuo de esas vivencias, debe ser flexible y tener habilidades para afrontar los inevitables cambios y progresos, permitiendo la libre expresión de sentimientos, inquietudes y emociones de todos sus miembros, características éstas que no son innatas al grupo y que debemos ir aprendiendo de forma continua según vamos evolucionando y creciendo.
Las familias necesitamos formarnos para afrontar las dudas y necesidades que como padres y madres nos surgen en la relación con nuestros hijos e hijas, con su proceso educativo en los centros y con nuestro entorno, con el fin de conseguir una comunicación óptima y empática, una comunicación encaminada a conseguir una resolución pacífica de los conflictos que de forma inevitable se suceden en todos los espacios en los que convivimos.
Necesitamos adquirir habilidades sociales asertivas que nos permitan defender nuestros derechos y expresar nuestra opinión, gustos e intereses de una forma libre y clara, sin dañar a los demás ni dejando que nos dañen a nosotros, ya que a través de una actitud asertiva es más fácil pedir ayuda o explicaciones según nuestras necesidades.
Debemos preparar a nuestros hijos e hijas para vivir en sociedad, tanto en la más cercana como en el conocimiento de los distintos modelos de sociedad que existen en otros lugares, y para eso debemos transmitirles habilidades para convivir de una forma feliz, con respeto hacia sí mismos y hacia los demás. Todo esto debemos transmitirlo de forma progresiva en cada momento de su vida, y para eso nosotros como padres y madres necesitamos recibir la información necesaria y las habilidades para transmitir de la forma más adecuada y adaptada a nuestro modo de comunicarnos en nuestra familia.
La participación e implicación activa de los padres y madres en los centros educativos es fundamental para un adecuado progreso tanto educativo como social ciudadano de nuestros hijos e hijas.
En CEAPA sabemos que todo eso solo se puede realizar formando a las familias a través de las AMPAs, Federaciones y Confederaciones. Para trabajar en este modo de formación que tanto beneficia a las familias, a la comunidad educativa y a la sociedad en general, es imprescindible abrir los centros no solo en horario lectivo, no sólo para impartir contenidos curriculares, no sólo para la formación de nuestros hijos e hijas sino para la formación del resto de la comunidad educativa, como lugar de referencia de formación y participación del barrio y del entorno. Necesitamos cauces más efectivos que favorezcan la participación de las familias en la vida de los centros educativos y para ello debemos fortalecer la participación, formando e informando a las familias. Necesitamos más formación en las Federaciones y Confederaciones y a su vez en las AMPAs ya que somos un movimiento que está en constante renovación, ligado al paso de las familias por los centros educativos, y es por eso que en CEAPA sabemos de la importancia de la formación continua de las AMPAs, que son el canal de transmisión a las familias, convirtiéndose así en nuestro principal objetivo.
La participación e implicación activa de los padres y madres en los centros educativos es fundamental para un adecuado progreso tanto educativo como social y ciudadano de nuestros hijos e hijas, ciudadanos en la actualidad, y adultos en el fututo que tomarán decisiones para configurar su propio modelo social y eso depende de la formación que reciban tanto familia, en la escuela como en el entorno en el que se desenvuelven.
Los padres y madres debemos garantizar que la convivencia en los centros sea positiva ya que el malestar que pueda surgir en los centros cuando uno de nuestros hijos e hijas sufre o es consciente que a uno de sus compañeros o compañeras está sufriendo acoso escolar también puede provocar una mala convivencia en el hogar y en las relaciones con los demás miembros de la comunidad.
A través de nuestra participación en las AMPAs ejercemos una labor indispensable como enlace entre el centro educativo y el entorno, potenciando y trabajando por la convivencia en el entorno escolar que influye en la convivencia en la familia y en el entorno social. Cuanto más implicados y más formados estemos más podremos hacer para que en los centros educativos haya una convivencia positiva. No podemos dejar que solo sea el centro educativo el que tome la iniciativa de crear un protocolo que garanticen los derechos de nuestros hijos e hijas y respalde su integridad. Somos las AMPAs las que debemos impulsar que en los centros exista un buen Plan de Convivencia que garantice que ninguno de nuestros hijos e hijas sufra acoso escolar.
Los padres y madres no debemos ser espectadores en ninguno de los procesos que atañen a nuestros hijos e hijas, por ese motivo debemos ser activos en la vida de los centros.
Ahora que tanto se habla del acoso escolar, los padres y madres no podemos ser espectadores de un caso de acoso, no podemos decir que “son cosas de niños» ,“eso ha existido siempre” etc… debemos garantizar que la convivencia en los centros sea positiva ya que el malestar que pueda surgir en los centros cuando uno de nuestros hijos e hijas sufre o es consciente que a uno de sus compañeros o compañeras está sufriendo acoso escolar también puede provocar una mala convivencia en el hogar y en las relaciones con los demás miembros de la comunidad.