El modelo educativo para FAPAR

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Para FAPAR la calidad del sistema educativo no puede garantizarse sin equidad, concepto al que necesariamente debe ir ligado cualquier Pacto estatal, Ley o reforma educativa, buscando el éxito de todos y no sólo la excelencia de unos pocos. La equidad no solo debe garantizarse en el acceso al puesto escolar, sino en su continuidad y, para ello, es imprescindible que las enseñanzas básicas y obligatorias sean gratuitas.

Por otra parte, el éxito de un sistema educativo de todos debe pasar por su logro entre todos, lo que implica inexcusablemente la intervención de las familias, que demandamos reconocimiento y cauces para una participación efectiva y real, compatible y complementaria con la colaboración y el compromiso en el seguimiento de la evolución de nuestros hijos e hijas.

El modelo educativo de FAPAR es un modelo público y, por ello, la red concertada debe ser subsidiaria. La prioridad de cualquier Administración, por lo tanto, debe ser la Escuela Pública.

La red pública es el eje vertebrador del sistema educativo porque es el que garantiza una educación de calidad en todos los rincones de nuestro territorio. El impulso dado a las nuevas construcciones en la última década se ha visto frenado los últimos años y se hace necesario retomarlo. Es urgente la planificación de nuevas construcciones públicas que garantice:

  • Una oferta suficiente de plazas escolares públicas en todos los niveles educativos, especialmente en las zonas urbanísticas de nueva expansión de los núcleos urbanos y en los niveles de Secundaria y Bachillerato que se han visto notablemente incrementados en la última década en los niveles inferiores.
  • La dignificación y modernización de colegios públicos ya existentes, especialmente en el medio rural, muy envejecidos y deteriorados y que requieren de remodelaciones o sustituciones para dignificar las escuelas de los pueblos.
  • Un impulso a la Formación Profesional que garantice una oferta adecuada en los actuales centros públicos.

Es imprescindible una legislación y sensibilización especial con la escuela rural y de pequeños núcleos urbanos por su singular naturaleza, aplicando la discriminación positiva en caso de resultar conveniente, que cubra adecuadamente la necesidad educativa de los pueblos y que contribuya a evitar la despoblación de los mismos.

No podemos perder de vista la importancia que tiene una pronta escolarización entre 0 y 3 años que contribuye no solo a facilitar la conciliación laboral y familiar de padres y madres, sino a asentar bases de un desarrollo posterior más exitoso. Sigue siendo insuficiente la oferta pública existente en esta etapa educativa. Además, se hace imprescindible la unificación de una normativa común que garantice la calidad y el precio en el acceso y en los servicios en todo el territorio aragonés.

Debemos asumir el logro del éxito escolar del alumnado como un reto y no como una utopía y para ello es necesario modificar algunos aspectos de nuestro actual sistema educativo, tales como:

  • Hay que considerar el currículo de Primaria como integral, no fragmentado y considerando toda la etapa común a todo el alumnado, en el que el libro de texto sea una herramienta más, pero no la única, ni siquiera la más importante.
  • Establecer ratios en función de las características del alumnado para poder desarrollar una atención individualizada.
  • Garantizar que los centros dispondrán de profesorado necesario, suficiente y con cualificación adecuada en los cursos escolares, en todas las materias, fomentando desdobles y grupos flexibles, especialmente en Secundaria.
  • Generalizar los programas de Atención a la Diversidad a todos los centros.
  • Garantizar el proceso de evaluación continua.
  • Asegurar programas de repaso generalizado en todos los centros por las tardes, que ofrezcan calidad y fiabilidad, para aquel alumnado que tienen dificultades.
  • Modificar las actuales metodologías de enseñanza-aprendizaje.
  • Garantizar la continuidad del profesorado en los cursos de Primaria y en los Programas de Secundaria.
  • Coordinar las transiciones entre las diferentes etapas educativas (Infantil y Primaria, Primaria y Secundaria; Secundaria y Bachillerato o Ciclos formativos).
  • Cubrir las bajas del profesorado.
  • Incentivar el medio rural, potenciando la permanencia en el mismo.
  • Asegurar una atención personalizada al alumnado.
  • Revisar el actual sistema de tutorías, definiendo el perfil del tutor, asegurando la atención a las familias con flexibilización del horario establecido para las mismas, garantizando que el tutor sea siempre el profesor con más tiempo de dedicación a la clase.
  • Modificar el actual sistema de mayorías cualificadas en los Consejos Escolares.
  • Garantizar la participación de las familias en la selección de directores de los centros.
  • Asegurar la presencia de representantes de las AMPAs en las visitas que los inspectores efectúen a los centros, garantizando así una visión global de la vida del centro.
  • Crear una mesa autonómica de participación, que realice el seguimiento de los acuerdos adoptados tanto en el nivel de la participación como en otros.
  • Crear comisiones de trabajo en los centros escolares que aborden temas como la convivencia, los comedores escolares, evaluaciones, programas, servicios, etc…
  • Crear una estructura de participación a nivel provincial, que nos posibilite el traslado de las demandas de las AMPAS a los directores provinciales
  • La derogación de la Ley de Autoridad del Profesorado.
  • Primar la existencia de equipos de mediación como fórmulas ya reconocidas de mejora de la convivencia en los centros educativos.
  • Impulsar el funcionamiento de la Asesoría de Convivencia del Departamento.
  • Crear espacios de formación conjunta del profesorado y las familias en los centros.
  • Potenciar una buena formación inicial y continua del profesorado, que incorpore a la formación académica y de contenidos la de formación en emociones y habilidades sociales.
  • Volver al modelo de jornada partida porque es el que mejor responde a criterios de equidad en los centros.
  • Reivindicamos una Escuela laica porque las enseñanzas de cualquier religión forman parte del ámbito privado y por lo tanto deben quedar fuera del horario lectivo.
  • Recuperación de los niveles de inversión anteriores a la crisis que estaban en torno al 5% del PIB, para que se vean incrementados hasta alcanzar el 7% en los próximos años.

 

Enlace web al documento completo:

http://fapar.org/web/wp-content/uploads/2015/03/El_modelo_educativo_de_FAPAR.pdf