El acuerdo educativo en la Comunidad de Madrid

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FAPA Madrid «Giner de los Ríos»

Lo primero que debemos exigir a los propulsores de un posible acuerdo o pacto educativo es sinceridad. Tenemos que determinar entre todos y con claridad a qué fin queremos llegar. Si el punto de partida no está claro y asumido por todos, es complicado poder llegar a un objetivo común. Es cierto que también se puede ir construyendo por el camino pero, éste, será pedregoso, corriendo más fácilmente el riesgo de no poder llegar a la meta establecida y haber perdido un tiempo valioso; no sólo de la Administración sino de todos los demás partícipes, muchos de ellos trabajando de forma voluntaria y, a pesar de ello, con más ilusión, si cabe, de los que no lo son.

El camino elegido por la Comunidad de Madrid para la consecución del acuerdo, comenzó por el Consejo Escolar intentando, en una primera fase, analizar el sistema educativo durante unas jornadas celebradas en la Fundación Francisco Giner de los Ríos. Se continuó con posteriores debates y consensos internos en diferentes apartados como, el alumnado, las familias, el profesorado, los centros docentes, la convivencia, formación profesional, evaluación, el sistema educativo, la inclusión y la inspección educativa. Finalmente estos acuerdos internos se elevaron a la Consejería de Educación acabando, por ahora, el trabajo del Consejo Escolar.

Este podía ser uno de los caminos elegidos, y, en efecto, fue un comienzo que nos pareció correcto y que incluso aplaudimos ya que estábamos representados todos los pertenecientes a la Comunidad Educativa en ese momento.

Una vez realizado este trabajo estaba en manos de la Consejería el finalizar y llevar a buen término dichos acuerdos, pero lamentablemente vemos cómo se ha ido ralentizado en el tiempo, y ya, sin más negociaciones, se ha realizado una importante criba en los puntos de consenso a los que habíamos llegado. Incluso, en los pocos que permanecen se han modificando sus redacciones y, por si fuera poco, no se les ha atribuido ningún tipo de partida económica en los actuales presupuestos ya aprobados, con el significado que ello conlleva. Parece que se quieren llegar a unos acuerdos que en definitiva, lejos de ser una transformación educativa, no son más que obviedades asumidas por todos, junto con actuaciones que forman parte de su programa de Gobierno.

Es entonces cuando volvemos a hacer un llamamiento a la sinceridad, para saber si realmente se quiere pactar, o bien, tan sólo, “salir en la foto” para obtener réditos políticos partidistas, no cambiar nada y seguir con las mismas políticas.

Para éste viaje no se necesitan alforjas.

Por nuestra parte siempre seguiremos, en una espera activa, promoviendo espacios dispuestos al dialogo con la esperanza de conseguir una educación de calidad de todos y para todos.

Aprovechando que este año estamos celebrando el cuarenta aniversario de nuestra federación, y sin querer ser pesimistas, dejamos unas palabras del ilustre personaje al que debemos nuestro nombre para la reflexión:

“Mientras no se despierte en las entrañas de nuestro pueblo y en las clases todas, en las familias, la juventud, los Gobiernos, el profesorado (que no es donde menos falta hace), la conciencia de que la educaci6n es una obra de severa responsabilidad, y no un asunto de declamaciones hipócritas, y de vulgaridades y lugares comunes, tiene escaso interés discutir cuales sean los más urgentes problemas que en este orden debieran acometer los Gobiernos.”