Comedores escolares

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Mª Victoria León Girón
Plataforma de comedores, monitora de comedor y miembro de un AMPA.

 

foto-1-articulo-5-2La ley organica1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo dice que el comedor escolar es un servicio complementario de carácter educativo.

Las madres y padres dejamos a nuestros hijos/as en los comedores escolares, en la mayoría de los casos, por incompatibilidad en los horarios de trabajo, porque nuestros hijos son malos comedores o porque la situación familiar es desfavorable y la administración mediante becas garantiza que los menores reciban al menos una comida equilibrada al día.

Los coles (y en algunos raros casos los IES) y las empresas de comedor nos venden que el comedor es un espacio educativo más del centro, donde se da continuidad al proyecto educativo. Y de hecho así debería ser, al tener un ambiente que nosotros no podemos recrear en nuestras casas ya que muchas veces aprenden mejor con sus iguales y sobre todo con adultos que para ellos son una referencia, admiran y quieren.

Pero todo esto se queda en agua de borrajas cuando nos encontramos con la realidad. En la mayoría de los centros, los comedores tienen turnos por lo que tienen un tiempo máximo para que coman que no para todos es suficiente. Los monitores no disponen del tiempo necesario para para enseñar a comer; a los que van rápido y comen como pavos, para que lo hagan tranquilos y saboreando lo que comen (no pensando en ser los primeros de la fila para salir al patio) y a los que comen despacio o que no les suele gustar nada, emplear todo el tiempo necesario para que poco a poco vayan encontrando el gusto por probar alimentos nuevos y necesarios para su crecimiento.

 

El comedor escolar es un espacio maravilloso para que prueben y aprecien nuevas texturas y sabores, pero esto es bastante complicado en los casos en los que los monitores no tienen la formación necesaria para enfrentarse a situaciones de rechazo y, aunque se cumplan las ratios, es complicado que los monitores puedan entretenerse a aplicar la pedagogía necesaria para llevarlos a que se entreguen a esas experiencias.

El comedor escolar es un espacio maravilloso para que prueben y aprecien nuevas texturas y sabores, pero esto es bastante complicado en los casos en los que los monitores no tienen la formación necesaria para enfrentarse a situaciones de rechazo y, aunque se cumplan las ratios, es complicado que los monitores puedan entretenerse a aplicar la pedagogía necesaria para llevarlos a que se entreguen a esas experiencias.

Las empresas no suelen facilitar este tipo de formación tan necesaria para los monitores y que tendría como consecuencia que muchos niños en poco tiempo comerían de todo, tendrían autonomía y sería más fácil el desarrollo del comedor.

Los monitores son una figura muy importante en el comedor pero, por lo general, a padres y madres solo nos preocupa qué comen y, como mucho, de dónde provienen esos productos. Los monitores pasan desapercibidos en las preocupaciones de los padres, a no ser que surja algún problema importante, cuando son las personas con las que pasan entre 2 horas y 2 horas y media diarias. Ellos los enseñan a tener una buena higiene, a lavarse las manos antes y después de comer, a lavarse los dientes y les enseñan limpiarse cuando van al baño y son pequeños. A respetar los turnos en la fila o la hora de comer. Son los que saben qué les gusta o no, a qué tienen alergia, con quien pueden o no sentarse. Los que les dan un abrazo y un beso cuando lo necesitan, los que tienen que solucionar los conflictos que puedan surgir.

 

Las empresas no suelen facilitar este tipo de formación tan necesaria para los monitores y que tendría como consecuencia que muchos niños en poco tiempo comerían de todo, tendrían autonomía y sería más fácil el desarrollo del comedor.

Por otra parte, padres y madres llevamos mucho tiempo pidiendo a los centros que el tiempo que no estén en el comedor, no tengan que estar necesariamente en el patio jugando. Ocurre que no a todos los niños necesitan jugar todo el tiempo en el patio, y precisan otras opciones a su alcance como leer, jugar a juegos de mesa, dibujar… Hoy en día empieza a verse cambios en ese sentido con monitores que no solo están vigilando sino que organizan torneos, juegos, animación a la lectura etc. De esta forma, se les permite a nuestros hijos e hijas elegir entre distintas actividades además del patio de forma obligatoria…foto-2-articulo-5-2

Otro punto muy importante de los comedores escolares es el menú escolar, la forma de elaboración de la comida y el tipo de productos que se usan para su elaboración.

Es muy importante que los centros escolares posean cocina propia. ¿Cuántas veces al día compramos comida precocinada o en establecimientos de comidas preparadas para nuestra familia? ¿Y a la semana? ¿Y al mes? seguramente de forma muy esporádica. Lo que no queremos de forma habitual como forma de alimentación para toda nuestra familia, tampoco lo tenemos que asumir para nuestros hijos e hijas a diario. Cada vez más centros escolares no tienen cocina, y si la tienen por distintos motivos (normalmente económicos) se contratan a empresas de catering. La comida a veces no viene ni de la misma comunidad, los recipientes donde se envasan son de plástico cuyo calentamiento no sabemos con certeza es perjudicial.

 

Los monitores son una figura muy importante en el comedor, pero por lo general a padres y madres solo nos preocupa qué comen y como mucho de dónde provienen esos productos. Los monitores pasan desapercibidos en las preocupaciones de los padres.

Nuestros hijos e hijas se merecen que la comida se haga en el mismo centro por personal que los conoce personalmente, sabe sus gustos y puede cocinar de una forma u otra, que el mismo día se les puede comunicar cuántos niños y niñas se quedan de más ese día a comer o cuántos están enfermos/as y necesitan una dieta que no suponga problema ninguno.

foto-3-articulo-5-2También habría que buscar la manera (cambio de pliegos de condiciones, costumbres, comodidad…), sin incumplir las normas sanitarias, de influir o cambiar para que, por ejemplo, no se use verdura congelada o de lata, e incluir mas variedad de fruta o de pescado, para evitar ir siempre a lo fácil y que menos problemas dé a la hora de comer.

Nuestros hijos e hijas se merecen lo mejor y nosotros tenemos que velar por ello, porque siguen siendo nuestros hijos e hijas una vez que pasan la valla del centro educativo y tenemos que seguir velando por ellos aunque a algunos les moleste.