Calendario Escolar Cantabria

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Este curso 2016/17 Cantabria ha estrenado un nuevo calendario escolar. La novedad que plantea esta nueva organización es la división del curso en cinco bimestres en lugar de los tradicionales tres trimestres. Esto se traduce en una semana de vacaciones (salvo en Navidad y Semana Santa que son dos) cada dos meses de clase.

Para el Consejero de Educación, Ramón Ruiz, esta organización trae consigo evidentes mejoras pedagógicas y nos acerca más a Europa. El alumno estará más evaluado y el profesorado podrá “reflexionar ya antes de la Navidad sobre elementos correctores si va mal”. Los docentes que comparten clase a diario con nuestros hijos e hijas saben, o deberían saber, los elementos correctores que deben poner en marcha sin necesidad de realizar estas evaluaciones. Las madres y padres queremos pensar que la evaluación continua existe y se realiza en nuestros centros educativos.

FAPA Cantabria ha reclamado, sin éxito, los informes pedagógicos sobre los que se sustenta este cambio. Hasta la fecha nadie ha puesto de manifiesto los beneficios de esta organización de los tiempos escolares, como en su día tampoco se hizo con los cambios de jornada partida a jornada continua.

Otro de los argumentos repetidos es el cansancio de los/as alumnos/as al final de los actuales trimestres que se hacían muy largos. El nuevo calendario se ha pensado para dar solución a esta situación. Se establece que los periodos vacacionales sean para descansar y no para hacer deberes, o estudiar para exámenes a la vuelta. Evidentemente esto no pasaba de ser una declaración de intenciones. La realidad se ha mostrado bastante más tozuda. El final de este primer bimestre no ha supuesto vacaciones para el alumnado ya que se han seguido mandando, dentro de la organización de cada docente, deberes para este periodo y se han marcado fechas de examen a la vuelta, sobre todo en secundaria.

Lo que más llama la atención es el proceso seguido por la Consejería de Educación para la aprobación, y puesta en marcha, de este calendario. Este proceso se ha realizado de espaldas a las familias, en una vergonzosa negociación entre la Consejería de Educación y los sindicatos docentes. Un cambio de calendario de este calado, que nos acerca a los calendarios escolares europeos, pero con unas condiciones laborales asiáticas, debía de haberse realizado de manera más participativa, contando con todos los sectores de la comunidad educativa y teniendo en cuenta todas las consecuencias que ello genera. Los sindicatos docentes no deben ser los encargados de negociar las condiciones pedagógicas de los proyectos educativos que se ponen en marcha.

El primer periodo de evaluación ha puesto de manifiesto la incongruencia de los argumentos esgrimidos por la Administración. En primaria se ha realizado una evaluación tras 35 días de clase, los 16 primeros en jornada reducida. En secundaria la cosa es más delirante. Se ha realizado la evaluación del alumnado tras 29 días de clase. Algunos docentes reflejan en los boletines de notas la escasez de contenidos para realizar esta evaluación, lo que demuestra la falta de previsión en la implantación del calendario.

Por último, aunque no menos importante, debemos resaltar los problemas de conciliación que el nuevo calendario plantea. Los periodos de vacaciones escolares ya suponían un problema para las familias. Ahora se nos suman dos nuevos quebraderos de cabeza, las semanas de noviembre y febrero. Ante las críticas recibidas por parte de las familias, el Consejero, en declaraciones públicas, se afana en extender la responsabilidad de la conciliación más allá del ámbito educativo, concretamente a las empresas de madres y padres, queriendo desentenderse de un problema que él mismo ha creado. No es posible cambiar las reglas del juego a mitad de la partida y actuar como si la cosa no fuera con uno.

Ahora se debe implantar un sistema de evaluación de los resultados del nuevo calendario y a partir de ahí decidir lo mejor para todos y todas, no sólo para una parte de la comunidad educativa. FAPA Cantabria acordó con la Consejería de Educación la apertura de un grupo de trabajo en el Consejo Escolar de Cantabria sobre tiempos escolares. En este grupo se deben estudiar las consecuencias de la implantación del nuevo calendario escolar, pero también otras cuestiones tales como el tipo de jornada y los horarios de nuestros hijos e hijas.

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